No, no estamos hablando de tomar fotos en una boda; nos estamos refiriendo básicamente a la relación fundamental que debe existir entre el Diagrafma y la Velocidad de Obturación.
Para comenzar, vamos a definir el primer término diciendo que el Diafragma es como el párpado de un ojo; es una pieza circular que se encuentra dentro del objetivo y que cumple la función de regular la cantidad de luz que entra en el mismo, abriéndose o cerrándose en distintos diámetros. Por tanto, podemos establecer y deducir que un diafragma más abierto, deja pasar mayor cantidad de luz, mientras que uno más cerrado tendrá su consecuencia contraria.
El diámetro de la apertura del diafragma se representa con la letra “f/”, pero de una manera particular: a mayor diámetro, menor número; a menor diámetro, mayor número. Es por ello que existe una escala conocida y fundamental ordenada de menor número f/, a mayor número f/, es decir de mayor apertura a menor apertura: 1 ,1 ́4, 2, 2 ́8, 4, 5 ́6, 8, 11, 16, 22, 32, 45, 64, 91, etc. Como sabemos el 1 será el más abierto y el 90 será el más cerrado.
A medida que se pasa de un número al otro, hay que entender que se divide a la mitad la cantidad de luz que entra: un diafragma con f/11, deja entrar el doble de luz que un f/22, pero la mitad de un f/8. La otra pata del matrimonio es la Velocidad de Obturación, es decir la velocidad con la que “parpadea” ese diafragma con el obturador (o el tiempo que permanece abierto). El obturador es una cortina que se abre al presionar el botón y deja entrar la luz que pasa a través de la apertura del diafragma. La escala de la velocidad es igual a la de la apertura (a menor proporción, más rápido cierra): 30”, 15”, 8” 4” 2” 1”, 1/2 (0,5”), 1/4, 1/8, 1/15, 1/30, 1/60, 1/125, 1/250, 1/500. El 30” es mucho más lento que 1”.
